El Día Mundial del Whisky, se celebra el 19 de mayo de cada año para homenajear una bebida de reconocimiento internacional, pero que, a pesar de ello, no se había decretado un día especial en su honor. Fue posible gracias al especialista en destilado, Blair Bowman.

El Whisky tuvo su origen es Escocia a partir del año 1494. Comenzó a popularizarse como una bebida o tranquilizante para mitigar el dolor y las penas del alma. Por lo general era usada por las personas como un antídoto cuando sufrían la pérdida de un ser querido y también en los funerales.

Con el transcurrir de los años, ya era empleado para otro fin como era el brindar y celebrar en momentos de alegría y jolgorio, tomado una copa de Whisky con los familiares y amigos. Debido a esto, su fama se extendió por todo el mundo y ahora esta embriagante bebida deleita el paladar de muchos con su puro sabor y exquisito aroma.

El Whisky es un producto elaborado y consumido a nivel global, que goza de gran prestigio y esto se debe a su calidad. Es fabricado llevando a cabo un proceso de crianza y envejecimiento en barricas de roble y esto permite que los olores que desprende la madera se mezclen con la bebida para darle ese sabor tan característico.

Un aspecto que hay que tener presente durante el añejamiento es que al estar dentro de las barricas se produce una regulación del alcohol con el medio ambiente logrando que la bebida transpire, lo cual resulta ideal para alcanzar altos niveles de calidad del Whisky almacenado en estos contenedores.

M ientras más tiempo pase el whisky en las barricas mejor será su cosecha. Por lo general, a la hora de almacenarlo en las botellas y etiquetarlos, siempre aparecerá la cantidad de años y esto, por supuesto, habla de su calidad.

Al momento de degustarlo, lo recomendable es hacerlo sólo, ya que cuando se mezcla con otras bebidas, cambia completamente su aroma y sabor. Por eso, para los paladares más exigentes, lo mejor es la cata del Whisky tomando en cuenta su más alta pureza.

Los profesionales en la materia acostumbran a utilizar un estilo de copa llamada afnor, que es el recipiente universal de los mejores catadores en el mundo.

Cuando vas a probar un whiskey debes saber cómo huele, cuál debería ser su sabor o textura y también qué color debe tener. Por eso al tomar un whiskey ten en cuenta:

  • El olfato es importante. Sí, el whiskey también se huele (no solo el vino). Debes olerlo suavemente por lo menos tres veces. En la primera sentirás el alcohol, en la segunda los toques frutales y en la tercera podrás reconocer mejor de todo lo que está hecho. Ten en cuenta que si el olor a alcohol permanece, seguramente no es uno bueno.
  • Debe saber a alcohol, pero sin opacar el resto de los sabores frutales o de madera que tenga. Debe dejarte una sensación intensa, pero nunca desagradable.
  • Quizá el color cambie dependiendo de los ingredientes utilizados o la barrica. Pero para distinguir que tu bebida esté en buen estado, fíjate que su color sea cobre, oro o caoba.