El vidrio se ha mantenido y adaptado a los tiempos cambiantes y prevalece como el material por excelencia para envasado de prácticamente todo tipo de bebidas. El compromiso con el medio ambiente ha hecho que el Gobierno, empresa privada, productores y banca deban ponerse de acuerdo y formar alianzas para apoyar la producción nacional para que sea cada vez más extensa y de calidad.
El envase que hoy conocemos como botella es en realidad muy antigua. Hace 3.500 años aproximadamente, ya las utilizaba el pueblo egipcio. De hecho, las primeras botellas de las que hay constancia fueron de calabaza. Egipcios y griegos transportaban el vino en ellas.
Pero no se puede decir que la botella haya sido un invento, en realidad ha sido producto de una evolución natural de diferentes recipientes utilizados desde hace miles de años.
El uso de un material parecido al cristal comenzó en Egipto y Siria cerca del siglo XV antes de Cristo. “El procedimiento no era el soplado, sino que consistía en introducir una especie de núcleo de pasta de sílice en el interior de un recipiente con vidrio fundido que, tras endurecerse, daba forma a la botella, retirándose posteriormente la sílice para dejar libre la cavidad formada” señala el portal curiosfera-historia.com.
En el siglo V a.C., se generalizaron las botellas de vidrio, hechas mediante la técnica ya definitiva del soplado. Las pequeñas botellitas estaban destinadas para los perfumes, mientras que las grandes se utilizaron para envasar vino.
A lo largo de la Edad Media la botella de vidrio conoció un fuerte declive. Las botellas de vidrio eran frágiles y poco prácticas en ese entonces cuando el comercio era complicado. Hacia el siglo X, fue sustituida por la botella de cuero llamada “bota”. Esta industria nació en Inglaterra en el año 1000. El vidrio se reservó para confeccionar botellitas para licores raros y costosos perfumes y esencias.
En el siglo XV la madera comenzó a formar parte de la industria botellera, junto con los metales. Pero nada podía compararse al vidrio, y volvió su uso. Sus propiedades hicieron que fuera abandonándose la madera, los metales e incluso la arcilla como elementos que pudieran estar en contacto con los licores.
En 1821 Henry Ricketts patentó un molde para fabricar botellas en serie. “Botellas de capacidad uniforme y evidentemente de la misma forma, lo que permitía estampar rótulos en relieve sobre el cristal que daba a los fabricantes la posibilidad de incorporar a la botella sus marcas comerciales”, señala el portal. Fue uno de los hallazgos más revolucionarios dentro del mundo de la botella porque aseguraba, además, la producción en serie.
En 1904 Michel Owens construyó una máquina capaz de fabricar botellas de forma automatizada. Con este sistema los tipos de botella que se podían fabricar eran muchísimos. Un gran avance dentro de la historia del envase de vidrio. Hoy en días las botellas de vidrio o cristal se emplean para envasar casi de todo: vino, cerveza, whisky, vinagre de Módena, licor, agua, aceite de oliva, perfumes, champagne o cava, azafrán, leche, aceite de argán, caramelos… prácticamente de todo.
La mayoría de los clientes de OMEGA Packing, que se ubican en el mercado licorero, consideran al vidrio como un aliado fundamental , pues es el material más deseado para estar en contacto con los licores.